martes, 18 de junio de 2013

Paulino no quería a su mujer


Paulino no quería a su mujer.
Esto lo dijo su amigo Feliciano,
Felix para la barra.
Así que se dedicaba a ligarse a chavalitas de 20 o 30 por los bares.
Sacaba fajos de billetes, hablaba de su Harley y de su descapotable, de ir a los toros a Cáceres.
Se acordaba entre lágrimas del hijo de puta de su padre que le arreaba con la fusta como si fuese un caballo.
Su padre, Teniente de Caballería, un caballero, vamos.
Tres veces le había tocado la lotería, pero no quería a su mujer.

A todas partes iban juntos Paulino y Felix.
50 años de amistad de local en local, invitando a beber a putas y a legionarios.

-Es la primera vez que me deja atrás-decía Felix- y es la última, esta no me la hace más.

Indignado como si fuese su mujer, esa que ya está vieja, como también está ancha.

Ese día Felix llamó a un taxi, pero como también era un caballero, el taxista le mandó un chato con él.