martes, 10 de marzo de 2009

El Circo y La Segadora


Había perfeccionado mi relación con los grillos.

Aprovisioné a cada uno de ellos, con una pequeña balsa que fabriqué con los corchos de los garrafones, y que ataba al carromato con un cordelillo. Todas las noches se hacían a la mar cantando como cascabeles, pero todavía no estaba satisfecha y le daba vueltas en mi cabeza a la idea de secuestrar también varias luciérnagas o de domar el fuego de San Telmo, para dar ambiente.

Caligrafié estas curiosidades en un cuaderno de notas, que improvisé con el envés de mi mano y me prometí obtener de inmediato una cajita de rapé y algo de tabaco, pues estaba pensando en fabricarme una pipa con un par de cocos, por ejemplo, ya que me sentía bastante capaz en aquel momento.

Pensar en tantos proyectos me dejó exhausta, así que me tumbé al pairo sobre el bisoñé y le di un tímido trago a un pequeño botellín.

Me traspuse en seguida.

Me despertó Pequeñín, excitadísimo y dando botes de dos centímetros a lo largo de todo el carromato.
Señalaba un punto en el horizonte y creí ver unas banderillas ondeando sobre lo que parecía ser un circo.

El Mesías chasqueó la lengua y remató la jarra de hidromiel que le quedaba más a mano.

Pele dijo, que podíamos echar un vistazo, que quizá aquellas gentes tuviesen viandas para compartir, porque estábamos los cuatro perdiditos de hambre.

Allá nos arrimamos, luciendo los sacos de arpillera. Todos menos Pequeñín, que se había vestido de puta para la ocasión.

3 comentarios:

  1. Ese día, la ballena venció al cocodrilo.


    POST-PRÓLOGO: EL SIDECAR DEL CARROMATO


    Cariacontecida en los calcañales, con una copiosa sonrisa colgada de mi bandurrio. Así me quedé yo.

    Una vez había un gran mimo que, de sereno, no sabía estar callado, así que se fue haciendo famoso por sus originales actuaciones en plena curda.

    Obviaré los elementos biográficos.

    Una alicia envejecida y bastante ciega camina en zigzag por una huerta de grelos, pretende llegar a algún lugar guiada por luciérnagas cautivas...

    Sí, hay un hilo fino con forma de paranoia que nos hace no perdernos del todo en la avorágine de elocuencia, solo al final comprendemos por qué Isadora se nos aparece a cada rato fular en ristre, por qué Ella y por qué Él... Esto hace que se pueda distinguir una estructura circular, o más bien espiral, envolviendo el caos: es el caos vestido hermosamente con chistera y chaqué, lo cual al fin de cuentas no deja de ser un traje de pingüino.

    Otro hilo: el atesoramiento del diario de una zarina durante todo el relato nos induce a valorar el libro que estamos leyendo de manera análoga: por extensión hay un sutil proceso de identificación con la protagonista, y en última instancia, con su viaje, en todo su sentido y con el vértigo que ello acarrea.

    Y hablando de sentido, me gustan los lexicólogos cuando están como ausentes... y me gustan el sonido de la explosión cuando revienta una palabra; ese estruendo hace quebrar copas, jarras, cuencos, vasos, bocois, y todos los líquidos antes contenidos se mezclan derramados, se esparcen por el suelo para pegarse en nuestras suelas y ser nuestro paso. A veces embriagando a nuestros inocentes zapatos.

    Proclamo: vivan los arcaísmos, neologismos y dialectalismos en rico pudding y marchando una de entrecot, ok? Viva la fusión de siglos, asumámosla, pongámosle más dinamita, azucar, y a escribir, y a tomar por culo las generaciones literarias. En este pueblo la cosa no va así.

    De lo divino y lo humano habría mucho que decir, pero prefiero dejárselo a especialistas. Además del fulano de Milwakee me consta que hay adeptos a las teteras en casi todas partes del mundo. Que no sea por devociones. Otros confunden los váteres con altares o la sangre de un salvador con el zumo de uva (lo cual no deja de ser un tanto gore). Todo ello y algunas páginas más nos hacen preguntarnos si la virgen tomaría té o café de pota, o tal vez alguna brebaje para convertirse en diosecilla terrenal con patucos y bisoñé y embelesar hasta al más duro capitán. Al final todo se resume a eso. A eso y a saber qué bebe la segadora para poder al menos contentarla si nos la encontramos en alguna barra.

    En fin, lo que nos queda es bailar leyendo como ella con nuestros dobles y nuestros triples en un pequeño circo cósmico. No se ate el cinturón, y a rodar.

    ResponderEliminar
  2. ANEXO I

    “Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.”
    (Bertrand Russel)


    ANEXO II

    Detenidos medio centenar de adoradores de una tetera
    Kuala Lumpur (Malasia) - agosto / A.L.

    Cincuenta y ocho personas, de entre 20 y 60 años, seguidoras de una curiosa secta organizada en torno a una tetera gigante han sido arrestadas en Kuala Lumpur. El líder de la secta, Ayah Pin, consiguió escapar a la detención después de que unos asaltantes armados con machetes y cócteles molotov atacaran la comuna quemando un coche y la adorada tetera, que supuestamente tenía poderes curativos. En principio no hay leyes que prohíban adorar una sartén, una cafetera o una freidora; el problema es que Malasia es un país musulmán y el Islam es la religión del estado por lo que las personas que se alejan de las "verdaderas enseñanzas del Islam" deben someterse al castigo que imponga la Sharia o ley Islámica. Las autoridades religiosas ya habían catalogado la secta como una creencia anormal y las personas detenidas pueden ser condenadas a pagar una multa de 789 dólares o a dos años en prisión por adorar a falsos dioses.


    (con foto de la tetera en: http://www.adeguello.net/ade2005sept7.htm#2

    ResponderEliminar
  3. Cada vez que leo este comentario non podo evitar rir!
    gracias por escribir aquí estes piasos de parrafos son unha jloria!

    ResponderEliminar